...con deseos de comunicar, de comunicarnos. La palabra como placer y expresión, como oficio, lucha, divertimento... La palabra como herramienta infinita desde siglos, torpemente enhebrada o con gran maestría, palabra al fin y al cabo que nos expresa, para reír o sonreír, soñar, reflexionar o intrigarnos, para leerla, escribirla, decirla. Textos que se leen, textos con los que se dialoga. Tu palabra, la nuestra, nuestras palabras, las palabras de todos los que tuvieron algo que decirnos. Sigamos enhebrando, que no duerma la palabra.