sábado, 4 de diciembre de 2010

Marguerite Duras y la autocensura del escritor

     Desde las últimas ramas de la copa del Castaño Centenario empezó a oírse un rumor femenino, fue descendiendo hasta hacerse murmullo y luego voz clamorosa:

     "Creo que lo que reprocho a los libros, en general, es eso: que no son libres. Se ve a través de la escritura: están fabricados, están organizados, reglamentados, diríase que conformes. Una función de revisión que el escritor desempeña con frecuencia consigo mismo. El escritor, entonces, se convierte en su propio policía. Entiendo, por tal, la búsqueda de la forma correcta, es decir, de la forma más habitual, la más clara y la más inofensiva. Sigue habiendo generaciones muertas que hacen libros pudibundos. Incluso jóvenes: libros encantadores, sin poso alguno, sin noche. Sin silencio. Dicho de otro modo: sin auténtico autor. Libros de un día, de entretenimiento, de viaje. Pero no libros que se incrusten en el pensamiento y que hablen del duelo profundo de toda vida, el lugar común de todo pensamiento." 
                                              Marguerite Duras, "Escribir"
                                                      Traducción de Ana María Moix
                                                                      Tusquets Editores, 2000

2 comentarios:

  1. ¿Y si no sólo existe la autocensura, sino que los escritores tienen que escribir de lo que toca para ser publicados? Léase guerra civil, novela de intriga de época... Quizá estemos como en jólibud, que para que a uno le publiquen lo que de verdad quiso escribir, tiene que cumplir primero con el encargo???????

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  2. Es cierto, primero hay que cumplir con el encargo si queremos ver nuestras obras publicadas en alguna editorial de prestigio, pero siempre quedarán otras que se fijen más en el valor intrínseco de la obra que no en las modas, sobre todo para que no se pierda lo que uno quiere transmitir.
    Saludos

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